Time Management, como su nombre lo indica, significa actividades, ideas o métodos que ayudan a una persona a realizar los trabajos que se le asignan de una manera más rápida y consciente de la calidad dentro de un marco de tiempo determinado, ya sea personal o profesional.
La gestión del tiempo del negocio simplemente significaría la planificación de negocios con hitos definidos de logro del éxito general. Por lo tanto, tanto en la etapa de planificación, como en la etapa de rendimiento, no se debe perder de vista el recurso de tiempo escaso y limitado y la importancia de hacer todo lo que corresponda según el cronograma dentro del tiempo dado.
En los negocios, existe una abrumadora presión de actividades multitarea. No solo hay un número abrumador sino una variedad de actividades con las que uno se enfrenta. Lo primero que uno debe recordar es que uno tiene que ser extremadamente metódico en el manejo de estos trabajos o actividades. El planificador oficial sobre la mesa debe ser la guía principal para el día en particular. Mientras que el día anterior debería dedicarse a especificar las actividades y el tiempo probable para eso, en el día en cuestión uno debe comenzar a seguir estas actividades de manera planificada, en la medida de lo posible.
Si es posible, uno debe priorizar las actividades de uno, lo que significa que los más importantes son atendidos y eliminados temprano, dejando un espacio para el pensamiento relajado, que a menudo está en el fondo de los pensamientos creativos. También se pueden mantener tareas menos importantes para el momento del día cuando uno está en su punto más bajo en términos de productividad. En la etapa de planificación, algunos prefieren la planificación deliberada de actividades con la expectativa de lograr más, una técnica que a veces funciona.
En una era de comunicación más rápida, no se puede minimizar la importancia de administrar correos electrónicos, llamadas telefónicas y cosas así de forma metódica, con menos concentración en intercambios ineficaces de comunicación y más concentración en las cosas correctas, tanto en la comunicación escrita como verbal.
Uno también debe ser tan experto en tecnología como sea posible, ya que la comunicación y la ejecución están siendo cada vez más asumidas por los dispositivos de alta tecnología a medida que avanzamos más y más. Eso significa un rendimiento más rápido de los trabajos disponibles y más tiempo disponible para una utilización más productiva de los mismos.
Por último, pero no por ello menos importante, la gestión del tiempo depende en gran medida de la creación de redes eficientes y efectivas con el tipo adecuado de personas, lo que permite ahorrar mucho tiempo.
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